La medición sin contacto de las distribuciones de temperatura de los objetos y los procesos ofrece información acerca del estado y el desarrollo de los mismos. Es por esto que las cámaras termográficas se utilizan en los campos de aplicación más diversos. Entre ellos se encuentran la ciencia, la industria, la medicina y el sector de la seguridad. Las imágenes y secuencias de termografía permiten averiguar si un proceso de fabricación está transcurriendo dentro de los parámetros definidos o se ha producido alguna discontinuidad. El resultado es un aumento de la calidad del producto y un descenso de los costes.
La termografía de infrarrojos es un método pasivo de obtención de imágenes para la medición de la temperatura sin contacto. Hace uso de la cualidad que tienen los cuerpos de emitir radiación electromagnética, la denominada radiación infrarroja, con una temperatura por encima del cero absoluto (-273,15 °C).
La termografía presenta múltiples ventajas en comparación con las técnicas tradicionales de medición de la temperatura con sensores de contacto: la medición termográfica de la temperatura en ausencia de contacto y sin interferencias se lleva a cabo a distancia con tiempos de repuesta muy breves. Este método puede aplicarse con los cuerpos en movimiento, así como en objetos de medición conductores de la tensión y con carcasas de protección dotadas de ventanas.